Proyecto de investigación desarrollado a través de Postopia bajo la dirección de Alberto Foyo, Nuria Prieto fue Project Manager del mismo. Esta propuesta forma parte de un proyecto de investigación desarrollado desde 2015, y vinculado a varios entornos académicos internacionales como City College of New York, School of Architecture Victoria University Wellington, Columbia University, Escuela de Arquitectura de La Coruña. El proyecto se ha desarrollado poco a poco a través del esfuerzo personal, analizando y dibujando la franja de Gaza, con el objetivo de conocer mejor el lugar y realizar una propuesta coherente y realista.

Al mismo tiempo se ha generado una base teórica sobre las formas de abordar este tipo de intervenciones desde la arquitectura. De esta manera el proyecto en la franja de Gaza plantea una estrategia de intervención flexible y aplicable a otros conflictos análogos como la guerra siria.

La visión desde la arquitectura sobre la franja de Gaza, es la de un paisaje bloqueado en el que millones de cuestiones cruzan su imagen sin apenas ser respondidas. Se trata de un hábitat en tensión, la tensión de las respuestas que lo hieren y de manera sistemática lo sumen en un profundo y dramático bloqueo.

Es difícil referirse a Gaza sin abordar cuestiones políticas o culturales de manera cruda, pero existe una forma en la cual intentando buscar las trazas originales sobre el territorio, es posible situar esas cuestiones más hirientes en una posición periférica latente.

Una latencia a tener en cuenta, pero al mismo tiempo, a cuestionar desde una mentalidad crítica, con herramientas di-versas como la comparación urbanística conceptual a través de términos como “palimpsesto”, la perspectiva histórica y natural, el dibujo constante y meditado del paisaje o la crítica razonada de la ruina/traza como origen de un locus que dé sentido al sistema nervioso de la ciudad.

Se trata de herramientas arquitectónicas que definen una estrategia de análisis e intervención sobre el territorio de Gaza. En el sentido más pragmático es la visión del arquitecto.

“Los arquitectos no inventan nada; sólo transforman la realidad” – Álvaro Siza

La posibilidad de proporcionar un hábi-tat autónomo y sostenible en la franja de Gaza, es el objeto de esta propuesta: un hábitat para 1.700.000 personas. Comprendiendo esta componente utópica del planteamiento, la propia utopía es en sí una palabra de significa-do obsoleto. Nuestro campo de trabajo se sitúa en postopia, una era posterior en el que la crítica al lugar, al topos, se reduce a un anacronismo, es un acto de resistencia. Lugar y no-lugar, topia y utopía se fusionan.

Los habitantes de Gaza son refugiados, una población desplazada desde 1948, en un hábitat no permanente durante años. Esa dicotomía entre permanencia e impermanenecia define un paisaje peculiar: una prisión al aire libre. Palabras como normalización están fuera de con-texto en Gaza, pero al mismo tiempo a través de esa perversión semántica, emer-ge una posición pragmática e ideológica que nos dirige a desarrollar el proyecto.

Sobre el urbanismo agrícola
“Avergüéncense ustedes de no parecerse a la naturaleza” Walt Whitman

La idea de ciudad en Gaza no acopla en sí un urbanismo puro al uso procedente de un análisis clásico. La propuesta se define a través de términos más complejos:
“palimpsesto” como idea de reinvención y resistencia de la cultura y la población, ciclos de regeneración urbana; “exurbis” como la creación de un espacio urbano a través de lo rural, desactivando la defini-ción estricta de rural y urbano. Paráme-tros como: baja densidad, sostenibilidad, economía autónoma, descentralización, agricultura, naturaleza, son los que adjeti-varán la propuesta desde su génesis a su materialización.

Sobre el dibujo y las palabras
Dibujar es estudiar, aprender, comprender, razonar, proyectar. Dibujar es arquitectura y al mismo tiempo la herramienta del arquitecto. Es a través del dibujo que la franja de Gaza emerge como un sistema de capas que interactúan entre sí para proporcionar una estructura. Sin embargo, la forma de proyectar en Gaza es anti-académica en el sentido ritual de la palabra, ya que no hay una base proyectual más allá de la esencia territorial y apenas unas pocas ruinas de cierto valor. Gaza es un papel en blanco, pero al mismo tiempo es un territorio lleno de mil arañazos. Trazada y no trazada, la franja de Gaza se encuentra en un equilibrio de no poder rescatar nada y de no partir de cero. Es un papel mil veces dibujado y al mismo tiempo una mancha uniforme.
Es el apoyo entre palabras y dibujo el que consigue definir una estructura de intervención proyectual: una forma de afrontar un proyecto en la franja de Gaza.